El fenómeno que ha creado Mad Men en la televisión no tiene precedente; hace unos meses confirmó su estatus de serie reina al ganar por cuarta ocasión consecutiva el premio Emmy a la mejor serie de Drama. Cada una de las cuatro temporadas que lleva hasta el momento ha elevado la calidad y sobrepasado cualquier expectativa de la anterior. La pregunta que se hacen todos los críticos radica en la fórmula del creador Matthew Weiner para lanzar un producto de tal calidad y tan exitoso para la televisión.
La trama nos ubica en la ciudad de Manhattan en la década de los 60 en la Madisson Ave donde Don Draper, protagonizado por John Hamm, es el exitoso jefe de creatividad y mercadotecnia de la agencia de publicidad Sterling-Cooper. La historia nos transporta a través de la vida ajetreada y corrompida de hombres y mujeres alrededor del negocio de la publicidad y las vidas personales, no menos turbias, que cada uno de los personajes principales lleva fuera de la oficina.
Como segundo setting se encuentra la vida familiar de Draper, la cual exhibe a la sociedad Americana de la post-guerra. Su esposa Betty Draper (January Jones) es el estereotipo de la American Housewife ya que cumple a la perfección con lo estipulado y los patrones sociales de la vida en los suburbios norteamericanos.


Otro personaje relevante es Pete Cambell (Vincent Kartheiser) el cual es símbolo se la juventud y lo difícil de mantenerse activo para dar sustento a un matrimonio joven debido a las presiones sociales y laborales. Alrededor de su personaje se tratan temas como la infidelidad, la adopción y el machismo.

El formato y estilo visual son algo particular y parte de la razón del éxito rotundo. Es el cuidado minucioso, llevado acabo por los directores de fotografía y montaje, el cual eleva la calidad y ubica a Mad Men dentro de una nueva categoría entre las series y seriales y el cine como lo conocemos. Esto último se une a la escritura de un guión diferente, en términos de velocidad narrativa, y logran un producto que, a pesar de ser pausado y, para algunos lento, cautiva al espectador.
En mi opinión, Mad Men no pretende tenerte al filo del asiento como otras series lo logran. Su intención es más bien la de transmitir, con sutileza y elegancia, los valores de la época disfrazados con un toque de modernidad que no desentona y le brinda actualidad al contenido. Es ésta la formula que ha posicionado a la serie en el número uno durante los últimos cuatro años.
Esperaremos ansiosos el regreso de Don Draper a la pantalla en el 2012 con la quinta temporada...